Para situar la obra en su contexto, El público es una pieza teatral escrita alrededor de 1930 cuando el teatro simbolista y de vanguardias comienza a cobrar importancia en detrimento de las corrientes realistas de finales del siglo XIX. Trataré en esta ocasión de analizar parcialmente la obra de Federico García Lorca en la medida de lo posible pues, respecto a su gran complejidad, hay una gran variedad de aspectos de muy difícil comprensión.
Contexto y precedentes:
En estos momentos previos al simbolismo y las vanguardias, predomina una comedia burguesa que se caracteriza por la verosimilitud de las acciones y de los personajes, la reproducción fiel de los ambientes y los vestuarios así como el interés por los temas cotidianos. Poco a poco, esta reproducción realista de la sociedad imperante en el momento comienza a ser renovada y surge un nuevo teatro cuyo objetivo es no sólo imponerse al tipo de teatro comercial imperante sino también plantear nuevos temas en los que se profundiza en la psicología de los personajes y en las circunstancias que explican los comportamientos de éstos, al tiempo que se realiza una crítica de la sociedad, con una finalidad moralizadora y con la presencia de temas relativos a los bajos instintos, la pobreza, la infidelidad y el determinismo biológico y social. No hay que dejar atrás tampoco las renovaciones técnicas, surgiendo los directores de escena moderna, alguien conocedor de todos los lenguajes de representación que le confiere coherencia a la escena. Surge por ejemplo el Teatro de Arte de Moscú y el teatro libre de París, con representantes como Stanislavski y André Antoine respectivamente, siendo el primero el creador del llamado "método Stanislavski" que introducía el concepto de la cuarta pared. Tenían en común la puesta de un tipo de teatro basado en emociones y donde las interpretaciones requerían largos procesos de ensayo.
El autor de referencia de Moscú va a ser Anton Chéjov, quien no cosecharía grandes triunfos al presentar su obra hasta llegar a Moscú. En el teatro de Chéjov encontramos una mezcla de lirismo, simbología y crítica
social. El tema principal de su producción dramática es la frustración, derivada de la imposibilidad del ser humano para ver cumplidos sus sueños y deseos.
En cuanto a los aspectos técnicos, alrededor de 1890 la mayoría de los teatros tenían el componente de la luz, que supuso una gran renovación. Se replanteaba así la posición de la luz que aplasta las facciones y obliga a un rediseño del rostro. La luz propone sugerir los espacios de una representación con las sombras, los colores...supone en definitiva una revolución.
El tipo de teatro que vamos encontrando son dramas y tragedias con desarrollo aristotélico. Conflictos que afectan al individuo en no armonía con la sociedad, la condición problemática y marginal del individuo, problemas que hacen que se sitúe al margen de las convenciones burguesas. Se plantea una alternativa al modelo naturalista-realista que llamamos reteatralización, una alternativa que nos hace pensar que desde la escena no hay que mostrar la realidad sino que hay que representar teatro, artificio. Hay un esfuerzo por mostrar algo que muestre irrealidad, algo que nos haga pensar que no estamos frente a algo real, se trata de romper la lógica, encaminarse hacia lo circense.
Otra de las alternativas tiene que ver con un tipo de escena que busca el exotismo, prestando atención a elementos del exterior, de origen chino...Se crean espacios característicos de otras culturas.
Va llegando así la aparición de elementos simbolistas como evolución de teatro anterior. Esta evolución es debida en parte a la gran dificultad de representar la auténtica interioridad de los personajes, por lo que se tiende a evocarla o sugerirla con los recursos de la poesía simbolista, a través de la luz o de la música.
Hay un importante elemento que es la ruptura del escenario "a la italiana" donde el escenario se sitúa frente a los espectadores, en un plano elevado mientras que estos se sitúan en frente de éste y a los lados. Esta distribución provoca una jerarquía muy determinada por el poder adquisitivo.
Hay un importante elemento que es la ruptura del escenario "a la italiana" donde el escenario se sitúa frente a los espectadores, en un plano elevado mientras que estos se sitúan en frente de éste y a los lados. Esta distribución provoca una jerarquía muy determinada por el poder adquisitivo.
La obra:
En el teatro de Lorca se presentan diferentes tendencias. En El público el elemento surrealista es muy importante. Se caracteriza por crear piezas donde parece importante la fragmentación y la búsqueda de situaciones aparentemente inconexas. Lorca parte así de 3 elementos:
1. Una crisis personal relacionada con el hecho de asumir su homosexualidad (que se encarna en la figura del director)
2. El ambiente en la Europa de los años veinte donde los conflictos se resuelven con violencia
3. Una reflexión profunda sobre el por qué del teatro.
El ello-yo-superyo está presente en todo momento así como el mundo onírico, pues no siempre sabemos cuando estamos en la vigilia y cuando en el mundo del sueño. Podemos decir que el momento al comienzo en el que el director recibe las visitas es cuando se introduce el mundo onírico.
Es muy importante la concepción de Lorca del teatro bajo la arena, que tiene una connotación plenamente simbolista. Habla de un teatro que saque a la luz lo oculto (en este caso sus propias pulsiones sexuales). Este teatro se contrapone entonces al otro teatro que se menciona en la obra, el teatro al aire libre. Lorca pretende en la obra enfrentar al público con los dos tipos de teatro, el burgués o «teatro al aire libre» y el drama auténtico o «teatro bajo la arena», es decir, la falsedad y la verdad en el teatro respectivamente.
Lorca articula toda la obra en torno a la figura del Director, que de algún modo es él mismo convertido en director. Este director de algún modo tiene una identidad confusa y dividida en dos: una pública y otra privada, dando esto lugar a otros dos temas muy presentes e igual de importantes: el amor y el tema de la falsedad, de las máscaras. Estas máscaras son una representación de la falsedad y las apariencias, el armario lleno de caretas en el escenario representa los diferentes papeles que ofrece el falso teatro, que el autor rechaza. El biombo por ejemplo, es otra muestra de estas falsas apariencias, de manera ue se juega con el "delante/detrás", "Dentro/fuera", "Arriba/abajo".
Hay una tensión continua entre lo que el individuo es y lo que el individuo parece. El director es un hombre con grandes conflictos internos que decide enmascarar su realidad homosexual, haciendo un teatro burgués y realista; que busca el aplauso sencillo y la aceptación social, como su estereotipado y repetido Romeo y Julieta. Otro de los símbolos es el traje no-puesto sobre un cuerpo, habla de la apariencia, tan sólo forma sin ninguna esencia ni contenido.
El traje, la máscara y el caballo son símbolos y en el caso del caballo, es de naturaleza sexual, representa el instinto sexual. Se recurre a la imagen del caballo como instinto sexual que conduce a la catástrofe si no es reprimido. Otro símbolo que aparece es el del desnudo, que se relaciona en cierto modo con Cristo.
Antes de esto, de alguna manera, hay que pensar en Freud: Se habla del yo, el ello y el superyo. Somos productos de dos fuerzas: Una de ellas es aquella que está en todo ser humano, y en cuanto a la otra, ésta es requerida para la hora del encuentro social donde son necesarias unas normas sociales , éticas y morales. Se repite de nuevo la visión de esta tensión entre lo que queremos ser y lo que debemos ser, se establece una especie de negociación.
En este "yo" resultante se dice que hay un preconsciente. Aquí los sueños y las ensoñaciones tienen un importante papel. Se genera de nuevo una tensión, esta vez entre los mundos de la vigilia y el sueño. Surge la idea del individuo, no como algo coherente y unido, sino como algo roto y fragmentado. Es de esta forma en la que Lorca indaga sobre la condición problemática del sujeto.
Así pues, repitiendo lo que afirmábamos en un comienzo, estamos ante un director de teatro convencional al aire libre que se plantea dos conflictos: Su identidad sexual y el cómo representar teatro. Este director ha renegado de su identidad sexual y ha optado por un teatro convencional, sin embargo, más tarde aceptará su condición y se desdoblará en diversos hombres. Este juego de fracturas remite al mundo de la imaginación, a lo que le habría gustado ser.
Así pues, repitiendo lo que afirmábamos en un comienzo, estamos ante un director de teatro convencional al aire libre que se plantea dos conflictos: Su identidad sexual y el cómo representar teatro. Este director ha renegado de su identidad sexual y ha optado por un teatro convencional, sin embargo, más tarde aceptará su condición y se desdoblará en diversos hombres. Este juego de fracturas remite al mundo de la imaginación, a lo que le habría gustado ser.
Hay un importante detalle que tiene lugar en torno a la representación de la obra Romeo y Julieta como ya decíamos, donde sustituye a Julieta por un hombre, un cambio de género que no aprecia en un primer momento y que más tarde causa una revolución a través del personaje de Elena, que denuncia este hecho y provoca el caos total. Este cambio de genero del personaje de Julieta, emite un mensaje que trata de transmitir que la obra o más bien el amor que trata de transmitir la obra, sería igual de verdadera a pesar de que estuviera protagonizada por dos hombres.
En este juego entre realidad y sueño es interesante ese mundo de muerte al que es trasladada la imagen de Cristo. Se nos muestra la imagen de la sociedad que castiga a aquel que es diferente, trae un mensaje renovador: El amor libre.
Así pues, dentro de esta singular estructura se van planteando temas, teniendo que ver el fundamental con la naturaleza del amor en sus múltiples manifestaciones. Los guantes blancos por ejemplo, como valor simbólico, son la imagen del mago, también lo procesional...El mago transforma las cosas, es también metamorfosis, como los guantes que se transforman en nieve.
Otro de los personajes es el emperador, que tiene el poder de castigar y siempre va acompañado de un centurión. Es la alegoría de un tipo de orden social violento que exalta lo viril.
Observamos así como, a través de infinidad de símbolos, fracturas de espacios y tiempo, confusiones entre el mundo onírico y el mundo real, etc. Lorca realiza una obra donde varios temas, como el amor, el teatro o las falsas apariencias son difíciles de vislumbrar tras la complicada estructuración en torno a la que se organiza. La configuración de la obra se aleja del esquema tradicional, ya que en ella se superponen por así decirlo varias estructuras. Podemos ver una estructura circular en cuanto a que la trama comienza y acaba en el despacho del Director, una paralela que nos va mostrando los dos tipos de teatro y otra en la que cada una de las acciones que tienen lugar en los diferentes teatros (al aire libre y bajo la arena) se contraponen. A esto se añade que el lenguaje es marcadamente poético, plagado de imágenes y escasamente discursivo, donde apenas se cuentan historias.
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