Esta obra de Camus se puede
encuadrar dentro de aquellas que muestran una gran influencia existencialista,
donde se representa una crisis del sujeto alienado, en no concordancia con la
sociedad a la que supuestamente pertenece, teniendo como precedentes los
relatos de Kafka entre otros. Es una obra con numerosos elementos como el ya
mencionado existencialismo, pero también otros como el objetivismo, el absurdo
(importante en la obra de Albert Camus) y también las confesiones y la
picaresca.
Este movimiento existencialista tiene representantes de la talla de Albert Camus o Jean Paul Sartre. Éste último escribe sobre la crisis del hombre al quedar desnudo ante el mundo, en soledad, con una responsabilidad autónoma y el intento de dar sentido a la existencia, al por qué de la vida. En el caso de Sartre, este proyecto de existencia del hombre se acaba dirigiendo finalmente al camino del compromiso político. En otras obras como "La náusea" analizaría la falta de justificación de nuestros actos, la ya mencionada radical soledad del hombre en su existencia, etc. Según su filosofía, es el hombre el que, a través de sus actos y de sus elecciones define su forma de ser, su esencia, no viniendo esta última ya preestablecida desde el momento en el que comenzamos a existir.
Llegamos entonces a otra de las figuras claves de este movimiento, el autor de "El extranjero", Albert Camus. Éste coincidía con Sartre en su ateísmo pesimista y en su lucha contra la injusticia y el mal. No obstante, se produjo entre ambos un enfrentamiento en el que Sartre reprochaba a Camus la ineficacia de su individualismo y rigor ético, mientras que este último dudaba del sacrificio de sus convicciones y principios a las ideas del comunismo. Otra de las obras célebres del escritor argelino sería "La peste", en la que el norte de África se convierte en un símbolo de la condición humana, acosada por un mal incomprensible.
Mientras que en Calígula y en El mito se Sísifo, obras también referidas al componente absurdo, Camus se centra en unos temas dentro de la antigüedad clásica, en El extranjero no sólo se centra en un tema actual y contemporáneo sino que su estilo también va a ser así.
Este movimiento existencialista tiene representantes de la talla de Albert Camus o Jean Paul Sartre. Éste último escribe sobre la crisis del hombre al quedar desnudo ante el mundo, en soledad, con una responsabilidad autónoma y el intento de dar sentido a la existencia, al por qué de la vida. En el caso de Sartre, este proyecto de existencia del hombre se acaba dirigiendo finalmente al camino del compromiso político. En otras obras como "La náusea" analizaría la falta de justificación de nuestros actos, la ya mencionada radical soledad del hombre en su existencia, etc. Según su filosofía, es el hombre el que, a través de sus actos y de sus elecciones define su forma de ser, su esencia, no viniendo esta última ya preestablecida desde el momento en el que comenzamos a existir.
Llegamos entonces a otra de las figuras claves de este movimiento, el autor de "El extranjero", Albert Camus. Éste coincidía con Sartre en su ateísmo pesimista y en su lucha contra la injusticia y el mal. No obstante, se produjo entre ambos un enfrentamiento en el que Sartre reprochaba a Camus la ineficacia de su individualismo y rigor ético, mientras que este último dudaba del sacrificio de sus convicciones y principios a las ideas del comunismo. Otra de las obras célebres del escritor argelino sería "La peste", en la que el norte de África se convierte en un símbolo de la condición humana, acosada por un mal incomprensible.
Mientras que en Calígula y en El mito se Sísifo, obras también referidas al componente absurdo, Camus se centra en unos temas dentro de la antigüedad clásica, en El extranjero no sólo se centra en un tema actual y contemporáneo sino que su estilo también va a ser así.
El argumento de la novela a
grandes rasgos es bastante sencillo, sin embargo, Camus es capaz de transmitir
todas las ideas que contiene a través de la elaborada personalidad del
protagonista, Mersault, la forma narrativa en la que está escrito el relato, la
estructura, etc.
Mersault es un hombre que vive
con su madre hasta que esta fallece. El protagonista apenas muestra síntomas de
tristeza o melancolía, de hecho la novela comienza de esta manera “Hoy ha
muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé. Recibí un telegrama del asilo:
"Falleció su madre. Entierro mañana. Sentidas condolencias." Pero no
quiere decir nada. Quizá haya sido ayer.” En general, la vida de Mersault es
bastante rutinaria, con los mismos hábitos y las mismas relaciones. Su
encuentro sin embargo con uno de sus vecinos, Raimundo, con el que establecerá
una relación cercana a partir de ese momento, supone el punto de inflexión en
su rutinaria vida. Cuando Mersault es invitado a una casa en el campo con
amigos de Raimundo, tendrá lugar un enfrentamiento con unos árabes que acabará
con Mersault disparando hasta en cinco ocasiones contra uno de ellos. Es ahí
cuando es juzgado por un tribunal, que como pruebas de que debe ser
encarcelado, se presenta su principal contra: su propia personalidad. Su
frialdad, su extrañeza con respecto al resto del mundo, su falta de
sensibilidad…
El personaje.
El
título L’Étranger consta de un
sustantivo que en español se aplica a una persona de un país que no es el
propio del interlocutor. En francés sin embargo, la palabra extranjero tiene un
sentido más amplio. Puede significar extranjero, extraño y ajeno. Así, el título en la novela hace referencia a un
personaje extranjero y extraño a la moral que rige la sociedad en la que vive.
Al estar al margen el protagonista ofrece al lector una visión crítica de la
realidad social, moral e ideológica de su época.
Ahondando en el personaje, Mersault constituye un juego de palabras con las ideas
de mar y salto: Mer-sault à Saltar al mar. Es un nombre de evocación
simbólica al que se le pueden atribuir al menos dos significados, el salto al
mar como liberación, como escape del mundo, o bien como suicidio. Por su
pasividad y alienación respecto al mundo que le rodea, Meursault constituye un
antihéroe de los tiempos modernos.
Surge ese concepto que ya mencionábamos, el absurdo. Este absurdo está
contenido en parte, no ya en la personalidad del protagonista sino que surge
del pensamiento de que cualquier acción humana es pequeña e insignificante,
instrascendente y de poca importancia para los demás. A pesar de esto, el
individuo se empeña en elaborar planes y sueños que le engañan. El absurdo por
tanto, surge de una fractura entre lo que deseamos y lo que la vida nos permite
tener (o ser), donde se fundamenta gran parte del sentido de lo trágico, pero no lo dramático. Lo
trágico surge de una fractura sin reparación, sin solución y sin avance. El
personaje es conocedor de su destino y consciente de que es capaz de hacer algo
por evitarlo, por lograr el indulto, y sin embargo rechaza esta opción. Cualquier camino lleva a un resultado final
trágico. No hay héroe trágico si no
hay culpa ni reconocimiento, el personaje tiene que ser consciente.
Así pues, Mersault es condenado a muerte por el juez, no sólo
por haber matado con premeditación a un árabe, sino también por no aceptar las
reglas del juego de la sociedad en la que vive. A través de sus actos,
Meursault parece estar exiliado
socialmente. Y, sin embargo, es un ser natural y sensible. Le encantan el
mar y el sol, y vive el momento. Su diferencia radica sobre todo en el hecho de
que actúa en nombre de la verdad.
He aquí otro de los elementos latentes en la personalidad de
Meursault: hay una crisis de la
representación. No está dispuesto a fingir sentimientos, sensaciones,
opiniones… está libre de las convenciones, es incapaz de engañar o de engañarse y la sociedad le acaba
condenando por su ineptitud para decir mentiras o fingir lo que no siente. En
definitiva, acaba siendo sentenciado a muerte por su incapacidad para representar como lo hacen otros individuos
presentes en la sociedad.
Es también un personaje opaco
puesto que conocemos muy poco de su persona. No sabemos su aspecto físico ni su
historia, lo que importa es su condición humana y su esencia, que se va
mostrando a través de las diferentes acciones.
La narración.
Hay presentes en la novela diferentes partes en las que hay que destacar una división de los
espacios. La primera parte consta desde el fallecimiento con su madre y el
desarrollo de su rutinaria vida hasta el momento que mencionamos al comienzo en
el que conoce a Raimundo.
La segunda parte partiría desde su detención, el momento en
el que la policía encierra a Meursault en la cárcel y le interroga, luego ante
el tribunal, donde Meursault no parece participar en su propio juicio; es como
si asistiera al juicio de otro hasta que
es condenado a morir en la guillotina. En sus últimas horas de vida, a
la espera de su ejecución pública, reflexiona sobre la nueva existencia que hay
frente a la muerte.
La organización espacial de la acción es esencial pues En la
primera parte, el protagonista pasea por espacios abiertos como la calle, la
playa y el mar, mientras que en la segunda parte el personaje se adapta a los
espacios cerrados que representan el tribunal, el locutorio y la celda. El protagonista
se ve paulatinamente atenazado por el espacio.
La novela, por
tanto, se caracteriza por la fuerza de la frialdad, de la indiferencia, y esto
es plasmado no sólo en el contenido de la narración sino también en su forma.
El relato se
abre en presente, como en los diarios, lo cual se aproxima mucho a la
literatura testimonial y en cuanto al estilo predominan las frases cortas.
Parte de las
respuestas extrañas y aparentemente inconexas de Meursault tienen que ver con
la distancia entre el lenguaje y los sentimientos: Presenta sentimientos de
indiferencia, de distancia y de frialdad. Así, resulta una construcción
marcadamente Nihilista. Es
importante destacar aquí los conceptos de las presuposiciones e implicaturas. En todo momento hay una fractura de
lo esperado. El personaje no sigue el juego social, tiene su propia realidad.
Estas presuposiciones e implicaturas por tanto, corresponden a lo normal, a lo
que se espera, y Meursault rompe con todas ellas.
Meursault cuenta su historia en
primera persona y aquí es donde se aprecian estas influencias de novelas de
confesiones o la picaresca. De algún modo convierte al lector en testigo de sus
peripecias, pero también de una época y una sociedad marcada por hechos como la
violencia, las revoluciones…
En
definitiva y tal como iniciábamos este análisis, El Extranjero (L’Étranger) supone una de las obras más importantes
realizadas en torno a la idea de la no adaptación del sujeto a su entorno
social. A través de su peculiar narración plagada de frases cortas pero
poéticas, descriptivas pero frías y carentes de sentimiento, Camus es capaz de
realizar un fiel retrato de un individuo alienado en una sociedad dispuesta a
juzgar a todo aquel que no cumpla con las normas sociales establecidas, aquel
que no sea capaz de representar ese papel de individuo civil que debe exaltarse
por ciertas cosas y entristecerse por otras. Con fuertes influencias del
existencialismo pero también del nihilismo y el tema del absurdo, Camus explora
temas como la muerte, la inadaptación del ser humano, las limitaciones del
lenguaje el absurdo de la existencia, el rechazo del pacto social, etc. Para
acabar componiendo una obra clave en la historia de la literatura.
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